EL DESAPEGO

Desde que somos unos niños estamos escuchando y viviendo las creencias de los demás, de las personas que nos educan, nos crían, nos acompañan. Es por eso que nuestro cerebro está lleno de
programaciones mentales que no nos pertenecen. Una de ellas es el aferrarnos e identificarnos con las personas, las cosas, los sitios. Nos apegamos a ellas porque creemos que son parte fundamental de
nuestra existencia. La PNL nos ayuda a soltar creencias que no nos corresponden, a no identificarnos y a vivir de una manera más fluida. El apego solo es una creencia, muy poderosa, quizá, pero solo eso,
una creencia. Te compartimos un artículo de Ramiro Calle, que te dará una clara definición de lo que significa el apego para que te desapegues.


EL DESAPEGO
Tomado del libro
Las zonas iluminadas de Tu mente
50 antídotos contra la infelicidad
Ramiro Calle


El desapego es desprendimiento, generosidad y desasimiento. Es también el antídoto de la avidez, la codicia, el afán de posesividad y el aferramiento que tanto malestar propio y ajeno generan y que, cuando se frustran, suelen desembocar en resentimiento, abatimiento, desesperación, envidia, celos, ansiedad o lamentación. Nunca hay que entender el desapego como indiferencia emocional o afectiva, en absoluto, ni tampoco como falta de sensibilidad, de intensidad o apatía. El desapego es una actitud mental basada en la comprensión de que todo es transitorio.
Mediante el desapego se renuncia a la actitud de posesividad, aferramiento, codicia, y voracidad. La persona desapegada es más sosegada, imperturbable, comprensiva, tolerante, generosa y provechosa para sí misma y para los demás. Su ego no está al servicio del ejercicio del poder, ni manipula ni exige desmesuradamente, ni es intolerante ni se extravía en la rabia cuando algo no puede ser conseguido.

El desapego procura libertad interior y es un factor clave en todo sendero de autodesarrollo. Sosiega el ánimo, equilibra la mente favorece las relaciones humanas y permite el surgimiento de vínculos
afectivos sanos. El desapego hace a la persona más altruista, incondicional, amorosa, generosa, liberal, imparcial y armónica. Previene contra tendencias neuróticas, conflictos personales y sociales, compulsión y ceguera mental.

El desapego es uno de los puntales para lograr una visión más clara y equilibrada, y así como la lucidez favorece el desapego, a su vez estimula la visión clara. La persona desapegada sabe poseer
sin ser poseída por lo poseído; no orienta todas sus energías hacía la acumulación o acaparamiento; no demanda neuróticamente seguridad y sabe fluir mejor con los acontecimientos, sabiendo tomar y dar, asir y soltar. El que vive en desapego sabe dar, no es avaro, no se hipoteca con pensamientos de avidez, entrega su tiempo y su amistad, comparte sus bienes materiales y espirituales, coopera y está en apertura, libre de la obsesión por tener y del miedo a perder. Desde el desapego o desasimiento se beneficia y enriquece la relación humana y se previenen las desorbitadas desigualdades humanas.
Se trata de un remedio para frenar el anhelo compulsivo y el afán desmesurado y, por tanto, procura satisfacción, sosiego, tolerancia, apertura y comprensión de las necesidades ajenas. La persona
demasiado ávida no tiene ojos para las necesidades de los otros, en tanto que la persona no se aferra ni sufre de un afán excesivo de posesividad sabe reconocer las cuitas ajenas y ponerles remedio. Así
como la avidez llega a ser una enfermedad y se torna una tendencia mórbida, que genera insatisfacción incorregible, desazón, miedo e inseguridad, el desapego procura estabilidad mental y emocional, reporta un sentimiento de alegría y previene contra los exacerbados sentimientos de frustración o la desesperación cuando las expectativas no se cumplen o los objetivos no se consiguen.
Así como la avidez encadena, produce adicción dependencia y pobreza espiritual, el desprendimiento libera.

Por: Alexandra Figueroa, CEO Ingeniería Mental

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